domingo, 27 de marzo de 2011

I've kissed the mouth of madness.


El dolor ataca sin piedad, elige presas fáciles, demacradas por la pena, la tristeza o la soledad. Sabe cuáles son los puntos débiles a los que debe atacar para que poco a poco te rindas y dejes de luchar. El dolor hará de tu vida una desdicha, hará que llores y que grites de impotencia al saber que todo ese dolor seguirá ahí y que ni siquiera sabes que has hecho para merecerlo. Hará que pases las horas sentado en el suelo, contra la pared, mirando sin ver nada, mientras por tu cara caen lágrimas sin querer. Hará que le grites al cielo ~ ¿Por qué me tiene que pasar esto a mi? Dame una sola razón Dios, por favor, dime algo...~. Y es que cuando te toca salir del profundo agujero a ti solo, dejas atrás algo en lo que un día creíste, y ahora sabes que no hacías más que perder el tiempo. 


El dolor no hace distinción entre lo puro y lo impuro, la belleza y la fealdad, el bien y el mal. Y es que al igual que en el Yin-yang los opuestos se complementan para configurar el proceso de lo divino.

No hay comentarios:

Publicar un comentario