domingo, 30 de enero de 2011

Walk This Way.

En muchos momentos de la vida hay que dejar que las cosas pasen de largo, que dejen de importarnos aun sabiendo que nos molestan, que están ahí, y que te han hecho daño. Nos acaban aburriendo siempre el mismo tipo de situaciones incomodas, decepcionantes, situaciones que te provocan frustración contenida. Llega un momento en el que te hartas de tanta pesadumbre, sabes que te han decepcionado, pero es mejor ahorrarse el dolor, intentar sonreír a pesar de todo. Puede que quien te ha fallado no vuelva a significar nunca lo mismo para ti, o puede que como las muchas otras veces anteriores le perdones, a pesar de saber, que sí, que lo volverá a hacer, volverá a romper la base de la confianza que habías construido poco a poco, con cuidado de no dejar huecos por los que escapara, pero de alguna manera, lo consigue una y otra vez.

Y es que no se alcanza la confianza sin antes alcanzar la desconfianza, “Dios no habría alcanzado nunca al gran público sin ayuda del diablo.” Jean Cocteau

sábado, 22 de enero de 2011

Llámalo como quieras.

El hombre era tan alto y delgado que parecía siempre de perfil. En esos momentos lo único que podía ver eran formas alargadas, borrosas, sin rostro. Notaba que el aire no entraba en mis pulmones, fuertes presiones en mi pecho, unos labios contra los míos, intentando hacerme respirar, tosí, el aire entro todo de golpe, como una fuerte patada, alguien gritaba mi nombre, “¡No cierres lo ojos, Hailie, mírame por favor, no cierres los ojos, por favor…!” Me costaba dirigir la mirada a la cara de quien hablaba, la cabeza me pesaba. Intente hablar pero lo único que salió de mi fue un leve gemido de dolor, empecé a notar el dolor, mi pierna, me dolía, cada vez más, intente moverla, y lo que sentí fue casi agonizante. Empecé a recordar, empecé a recordar lo que había sucedido, y lo único que se me vino a la cabeza en ese momento fue: “¿Cómo puedo seguir viva?”. “Lo veía todo perfectamente en mi cabeza, yo en el suelo, el edificio se precipitaba sobre mí, nadie a mí alrededor, y entre todo ese estruendo oía gritos de horror, gente que veía como en cuestión de segundos, todo se desplomaría y yo me encontraba abajo. Recuerdo como le vi correr hacia mí, sin dudarlo un segundo, aun sabiendo que si lo hacía, moriría. Recuerdo haber cerrado los ojos, no quiera ver como acabaría eso”. Levante la cabeza, vi mi pierna, en una posición poco común, mas bien, preocupante. “Y sin embargo me encontraba lejos de ahí, lejos de la polvareda y escombros acumulados. Solo con una pierna rota, cuando momentos antes, me había visto cara a cara con la muerte”. Dirigí mi mirada al rostro de quien se encontraba a mi lado, sabia a quien iba a encontrar ahí. -¿Seth?- . -Hola-. Me dedico una dulce sonrisa. -¿Pero? ¿Cómo? Pp… Pp…- Empecé a balbucear-. -Llámalo como quieras, yo lo llamo milagro.

viernes, 14 de enero de 2011

Una calle con un único sentido.

La vida es muy puta, te empuja, te grita.
La vida es dudosa, te ayuda, te mima.
La vida es la esencia de todo; La vida es un sueño; La vida esta para vivirla; La vida es una frase con punto final; La vida no es existir, es existir y crear, reír y sufrir, no dormir sin soñar, descansar, empezar a morir; La vida se concentra en un solo instante y aprovechar ese momento es la clave; La vida no tiene vuelta atrás, se basa en ir hacia delante, la vida es una calle con un único sentido; La vida te da razones para seguir viviéndola; La vida te da, la vida te hace ganar, pero no hay ganancia sin pérdida; La vida es lo que anhelamos ser; La vida es amar y sufrir, que a la larga acaba siendo la única forma de vivir.