sábado, 17 de mayo de 2014

Rosa y espina.

Peligrosa y divina. Me hipnotizas con  tu aura desnuda y tu sonrisa de niña. Fría, helada, me quemas el alma. 

Eres dolor, eres mi vida. Con cada caricia destrozas mi cama, revuelves mi ser rompiendo el alma.

Eres mi rosa, eres mi espina. Lo eres todo y no eres nada. Fuego y sangre. Miedo bello que trepa por tus piernas y llega hasta mi locura, enzarzándose en mis muñecas, clavándose hasta el cielo. Sangre y fuego.